La dualidad de las marcas o por qué en tu marca está Darwin y está Verne

Al y Laura Ries, en su libro “El origen de las marcas” ya establecen similitudes entre las marcas, su nacimiento, desarrollo, evolución e incluso muerte, con la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin: “Las categorías de productos se divergirán, se dividirán y generarán infinitas oportunidades para crear marcas”. Fijémonos en productos tan esenciales como la leche, el pan o el aceite. Categorías de producto que en su origen eran muy básicos (leche natural, pan blanco o aceite de oliva), y que han ido desarrollándose y creando nuevas subcategorías y diferentes productos, e incluso generando oportunidades de negocio nuevas. Quién nos iba a decir hace unos años que sabríamos lo que era y buscaríamos aceite picual, leche de soja o masa madre, y que comprar pan se convertiría en toda una experiencia llena de opciones: de masa madre, cereales, maíz, ácimo….

Detrás de toda esta revolución, está intrínseca la naturaleza dual de las marcas. Nada de esto habría sido posible sin la imprescindible colaboración entre el marketing y el I+D+I. En todas las empresas esta cooperación se ha ido haciendo más y más estrecha para responder a la necesidad de evolución de los mercados y de satisfacción de las necesidades de los clientes.

Y es aquí donde se unen las personalidades de Darwin y Verne. La “I” de investigación responde a la necesidad de entender el mercado y el consumidor como es, comprender sus motivaciones e identificar oportunidades. La “D” de Desarrollo representa la evolución de una marca, sus productos y servicios, para aprovechar esas oportunidades. Y la última “I”, la Innovación, corresponde a la imprescindible obligación de una marca, producto o servicio de evolucionar, crear nuevos subproductos o incluso nuevas subcategorías para ir creciendo o sobreviviendo en el mercado. 

Charles Darwin se responsabilizó de la Investigación de nuestro entorno, el mundo tal y como era, y Julio Verne “Innovó” imaginando cómo ese mundo podría ser: desde el submarino de sus “20.000 leguas…” hasta la red internacional de comunicaciones (que ahora llamamos internet) y que él recogió en su primera novela “París en el siglo XX”, pasando por el viaje a la luna o la conquista de los polos.

Por todo esto en Darwin & Verne estamos convencidos de que en todas las marcas está Darwin y está Verne; porque todas ellas, sus productos o servicios, deben entender la realidad de su mercado y su consumidor, cómo es y cómo se comporta, e imaginar luego cómo podría ser, cómo pueden evolucionar sus necesidades o deseos para diseñar nuevos productos o servicios para ellos. Y también por esto nuestra filosofía de trabajo recoge esta misma esencia en tres conceptos fundamentales: UNDERSTAND – IMAGINE – GO, con los que reflejamos nuestra capacidad para entender el negocio de nuestros clientes, imaginar hacia dónde debe o puede evolucionar y acompañarlos en el viaje extraordinario de su marca.

¿Comenzamos el viaje?